La rinoplastia es la intervención más difícil en cirugía plástica

Actualmente las técnicas más modernas permiten hacer una rinoplastia no sólo estética sino funcional; se intenta evita todas las secuelas típicas de las narices que se operaban hace 20 años: pinzamientos en las válvulas nasales, estrechamiento del conducto nasal, etc.

La gente suele pensar que la rinoplastia es una intervención que se hace por fuera de la nariz. En estos momentos, existe la técnica abierta y la técnica cerrada. La técnica abierta es un pequeño corte en la columela, en la cual se abre toda la nariz; permite centrar un tabique desviado, permite ensanchar el techo de las fosas nasales si es demasiado estrecho… Se construye una nariz que al final de la técnica queda equilibrada y funcional.Para ver los posibles resultados se puede trabajar sobre una imagen de la nariz del paciente en papel o directamente en la pantalla, con un programa adecuado. El peligro que tiene la pantalla es que el paciente también tiene acceso a ella y se puede crear una perspectiva no real; el Doctor Antonio Tapia, cirujano plástico, estético y reparador, comenta que por este motivo se han suprimido este tipo de técnicas en la primera visita del paciente.

La rinoplastia es la intervención más difícil en cirugía plástica, con mayor toma de decisiones técnicas y en la que siempre se aprende algo, ya que todas las narices son diferentes.

El haber aumentado el número de rinoplastia también ha aumentado el número de secuelas. Esto a propiciado la aparición de la cirugía secundaria; el 60% de las operaciones que realiza el Doctor Antonio Tapia son narices que ya habían sido operadas. En muchas ocasiones, son narices que han estado operadas hasta 3 y 4 veces.

El preoperatorio consiste en un estudio general, como en cualquier intervención quirúrgica. Después se debe centrar el problema concreto que le preocupa al paciente y a partir de allí, encauzar el problema hacia la realidad de lo que hay y de lo que se puede conseguir. No se puede prometer cosas que son difíciles de conseguir.

En 48 horas el taponamiento utilizado en la intervención ya no es necesario y las férulas, a los 8 días. Con las técnicas actuales, existen menos edemas y secuelas. Hay una fase de cicatrización que debe ser controlada, entre 6 meses y un año, para poder explicarle al paciente la evolución que sufre la forma de la nariz.

La nariz cuando se destapa está fina y perfecta y luego se inflama o puede ocurrir al revés. Esto es lo que se tiene que controlar.

Extraido de vivirmejor.es